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domingo, 30 de octubre de 2011
Mundos desconocidos
El
principio dio comienzo
insondable
contra
su destino
desde
la nada
desde
la oscuridad
desde
el vacío insoportable.
Tras
la explosión
aparecieron
fragmentos
rumbo
hacia el vértigo
supurando
fuego
como
grito derramado
una
vez desvelado
el
principio del final.
El
vasto vacío se ilumino
¡grandioso!
inmensamente
bello
infinito
para
nuestros ojos.
Nada
induce a pensar
en
la luz eterna
la
vida sigue siendo oscura
tan
solo el resplandor
que
derraman las estrellas
como
fuente de vida.
Nuestros
ojos miran
más
allá en la distancia
del
remoto horizonte
hacia
mundos desconocidos
perdidos
en el tiempo.
Esta
historia empezó
en
el pasado
después
de la devastación
mientras
el tiempo
desde
el vacío
trazaba
su destino.
Copyright
© Ricardo Miñana 2011
martes, 25 de octubre de 2011
Tragedia
A orillas de un sueño,
una ilusión quebrada
yace en las mareas
en su desenlace.
Entre su agitado oleaje
deambulan las tinieblas,
emergiendo el misterio
con insurgencia.
Las olas murmuran
acunando lo insondable,
y en su parsimonia
la pulsión entra en
acción.
En su presagio consecutivo
arreciando lo improviso,
la tormenta arranca en
furia
al filo de la tragedia.
Copyright © Ricardo Miñana 2011
martes, 18 de octubre de 2011
La ilusión
Intentar amar
lo que ya no es,
¡quizás lo que nunca fue!,
es la meta insensata,
la esperanza vana,
que solo conduce
a desembocar en el vacío.
Caminar entre el silencio,
que en la noche
derraman las estrellas,
donde solo mece
la nostalgia,
solo une la amargura,
postergando la ilusión.
Y al llegar el alba,
el amanecer se avecina
desvelando la melancolía,
entre el desconcierto
de sueños a la deriva,
y la búsqueda permanente
del deseo perdido.
Nada induce
a prolongar la inquietud.
¡Y no importa!,
que el destino se torciera,
que el deseo
fuera desposeído,
la vida nos enseña
a rectificar,
sabiamente,
recuperando el camino
de la ilusión.
Copyright © Ricardo Miñana 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
Otoño
Entre las hojas caídas
tendía la ventisca,
penetrando
por la cortina de agua,
y en su obstinación,
avivaba los aromas
de la naturaleza.
La lluvia,
cubría mi sombra
impalpable,
prolongando la incógnita
sin rostro,
entre el estrépito
atmosférico.
La inquietud
contemplaba la tormenta,
tras los escondidos
presentimientos,
que enmudecen,
vertiendo
sensaciones otoñales,
que acaricio,
entre la luminiscencia
de los relámpagos.
Entre el desconcierto,
empapado de agua,
arreciaba la tormenta,
inundando emociones,
y torbellinos de murmullos,
que profanan el silencio
de mis pensamientos.
Copyright © Ricardo Miñana 2011
tendía la ventisca,
penetrando
por la cortina de agua,
y en su obstinación,
avivaba los aromas
de la naturaleza.
La lluvia,
cubría mi sombra
impalpable,
prolongando la incógnita
sin rostro,
entre el estrépito
atmosférico.
La inquietud
contemplaba la tormenta,
tras los escondidos
presentimientos,
que enmudecen,
vertiendo
sensaciones otoñales,
que acaricio,
entre la luminiscencia
de los relámpagos.
Entre el desconcierto,
empapado de agua,
arreciaba la tormenta,
inundando emociones,
y torbellinos de murmullos,
que profanan el silencio
de mis pensamientos.
Copyright © Ricardo Miñana 2011
martes, 4 de octubre de 2011
Tiempo
Viajar
al fin del mundo,
al infinito cielo estrellado,
al infinito cielo estrellado,
al
impresionante Cosmos,
al
vértigo.
Atrapado
por la vida,
en
el inmenso espacio,
por
el invisible fuero,
del
misterio.
No
hay principio ni fin,
sino
el vacío a la deriva,
que
nunca llega
a
sus orillas.
Ante
lo desconocido,
nada
induce pensar,
que
es el inicio,
o
tal vez el final.
Todo
gira en espiral,
eternamente,
ayer
en expansión,
y
quizás hoy
en
contracción.
Donde
el tiempo es siempre
el
presente,
y
la última oportunidad
de
la vida.
Copyright
© Ricardo Miñana 2011
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