Huracán

Deslizarse por la senda
entre la tormenta de lluvia
cruzar su mundo interior
plagado de algarabías
y empaparse de melodías.


Caminar bajo la ventisca
por el bosque adormecido
entre rayos y truenos
y sus destellos fantasmas
penetrando en sus aromas.


Un escalofrío en el cuerpo
ante el sonido estremecedor
que confuso se aproxima
la tierra tiembla en cadencia
y todo se vuelve oscuro.


Sentir su fuerza giratoria
vivirlo en cuerpo y alma
y plantando cara al miedo
como una piedra anónima
mezclarse en su espacio.


Ante la magnitud del ente
en las garras del huracán
que impetuoso se avecina
el cuerpo atrapado vuela
ya sabes que vas a morir.


Los ojos son cristales rotos
el alma lanzada al abismo
y el cuerpo gira sin rumbo
por el torbellino del terror
un viaje al fin del mundo.




Ricardo Miñana © 2012